El cloro es como un superhéroe para nuestro agua potable, siempre está... Su función principal es combatir las bacterias y virus que pueden causar enfermedades si los ingerimos. Cuando se añade cloro al agua, reacciona químicamente (no físicamente) y produce oxidantes fuertes. Ellos actúan como guerreros que constantemente luchan contra las bacterias para asegurarse de que nuestro suministro de agua esté 100% libre de microorganismos indeseables.
No obstante, por excelente que sea el cloro como agente esterilizante, también tiene sus desventajas. En ocasiones, cuando el cloro reacciona con la materia orgánica presente en el agua, puede generar lo que se conoce como subproductos de la desinfección (DBPs). Algunos de estos subproductos pueden ser cancerígenos. Por lo tanto, se observa mucho trabajo científico realizado por profesionales del tratamiento del agua para limitar cuánto daño pueden causar estas sustancias.
El cloro es cómo el agua nos mantiene a salvo: destruye la pared celular de bacterias y virus, protegiéndonos de una manera fácil de pasar por alto. Así que, al atacar las membranas celulares de estos microorganismos, el cloro logra inactivarlos o matarlos de manera efectiva. El proceso, llamado oxidación, es muy útil contra bacterias gramnegativas que tienen una capa externa que la mayoría de otros desinfectantes no pueden atravesar.
El cloro es esencial para garantizar el agua potable, pero también tiene desventajas. Por ejemplo, el cloro y los compuestos orgánicos interactúan para crear subproductos de desinfección (DBPs) que es un agente contaminante en algunas aguas normales. El cloro también puede, ocasionalmente, añadir un sabor y olor perceptibles al agua, lo cual podría ser desagradable para las personas que son más sensibles a estas señales sensoriales.
Sin embargo, el cloro ha sido de importancia capital en la historia de la salud pública. El cólera y el tifus (ambas enfermedades transmitidas por el agua) eran EPIDEMIAS antes de que se introdujera la desinfección con cloro. Al desinfectar el agua con cloro, su uso se extendió en las plantas de tratamiento de agua municipales en todo Estados Unidos, eliminando de manera segura patógenos dañinos de nuestro suministro de agua potable y salvando millones de vidas en el proceso.
Sin embargo, estos debates aún no han terminado, ya que la cloración sigue ofreciendo un medio barato y efectivo para la desinfección del agua potable. Dado que se vuelve casi al 100% fácilmente disponible y tan efectivo contra las enfermedades transmitidas por el agua, la mayoría de las ciudades más pequeñas emplearon este producto para llevar a cabo sus funciones diarias en el tratamiento del agua potable. Sin embargo, se están realizando estudios para abordar los posibles riesgos para la salud relacionados con la desinfección con cloro y buscar otros métodos que proporcionen esa protección sin esos riesgos.
La necesidad de la desinfección con cloro para proteger la salud pública y preservar el acceso al agua potable segura nunca ha sido más urgente. Debido al esfuerzo que están haciendo los profesionales del tratamiento del agua para purificar la calidad de nuestro agua potable, es por eso que la investigación y el desarrollo continuo en este sector son cruciales.